Indicios de desgaste de las correas en serpentín

Las correas en serpentín, los tensores, las poleas guía y las poleas que componen los sistemas de transmisión por correa de accesorios funcionan de manera conjunta y fluida para proporcionar el accionamiento necesario, entre otros, a sistemas de dirección asistida, alternadores, aires acondicionados e, incluso, sistemas de refrigeración a través de una bomba de agua.

En el centro de todo este engranaje se encuentra la correa, que se considera uno de los componentes más importantes, puesto que acciona tantos elementos diferentes que, hasta el más mínimo fallo, podría dar lugar a situaciones de riesgo. Cuando el motor está en marcha, la correa funciona de forma continua. Además, las elevadas temperaturas que se acumulan bajo el capó y los constantes esfuerzos de flexión acaban por pasar factura y, con el paso del tiempo, ni siquiera la mejor correa puede evitar el desgaste y su sustitución.

Sin embargo, el resto de los componentes de la transmisión por correa tampoco duran eternamente. Los tensores de correa, las poleas guía, las poleas damper de cigüeñal y las poleas libres de alternador son componentes sometidos a desgaste y no «componentes duros», como creen erróneamente muchos técnicos. El desgaste de dichos componentes influye en el rendimiento de la correa y, por consiguiente, de todo el sistema.

¿Cómo identificar una correa en serpentín desgastada?

Para diagnosticar y subsanar los problemas de las correas en serpentín, utilice los métodos de detección siguientes:

1. Grietas aleatorias en los dientes

Aspecto: Pequeñas grietas, aunque visibles, a lo largo de uno o varios dientes.

Causa: La exposición continua a temperaturas elevadas y el esfuerzo de flexión alrededor de las poleas acaban por causar las grietas. Las grietas empiezan a aparecer en la parte superior del diente y avanzan hasta la cuerda. Por norma general, si aparecen grietas con una separación de 1 o 2 cm, significa que la correa ha superado ya el 80 % de su vida útil y que, por tanto, debe sustituirse.

Solución: Sustituya la correa antigua por una correa Micro-V® de Gates, diseñada para resistir mejor las temperaturas elevadas y los agrietamientos.

2. Desgarro

Aspecto: Desprendimiento de pedazos o fragmentos del caucho de la correa. Tras producirse un desgarro, la correa puede fallar en cualquier momento.

Causa: Los desgarros pueden producirse si en una zona existen varias grietas que se distribuyen en paralelo a la cuerda. Los principales factores son el calor, la antigüedad y la tensión.

Solución: Sustituya la correa antigua por una correa Micro-V® de Gates, diseñada para ofrecer una mayor flexibilidad y tolerancia térmica en los compartimentos cada vez más pequeños de los motores actuales.

3. Deshilado

Aspecto: Parte del material de la correa se desprende de los dientes y se acumula en las cavas de la correa.

Causa: Las causas son múltiples, entre otras, la desalineación, la instalación de una correa nueva en poleas gastadas, la pérdida de tensión o una combinación de estos factores. El deshilado es más habitual en los motores diésel, aunque no es exclusivo de estos sistemas.

Solución: Si el deshilado provoca un aumento del ruido o de las vibraciones de la correa, es necesario sustituirla. Asegúrese de que la nueva correa funciona con poleas en perfecto estado. Revise el tensor y asegúrese de que la tensión de la correa sea correcta, así como de que la transmisión esté correctamente alineada.

4. Abrasión

Aspecto: El dorso de la correa presenta un aspecto brillante. En fases avanzadas, es posible que el tejido o incluso la cuerda queden al descubierto y puedan sufrir daños.

Causa: Cuando está en movimiento, la correa en ocasiones entra en contacto con un cuerpo extraño en su trayectoria (por ejemplo, una brida o un perno). El motivo puede ser una tensión incorrecta de la correa o un exceso de vibraciones de la correa en los tramos más largos entre dos poleas.

Solución: Sustituya la correa y observe con atención todo el recorrido de la correa a su paso por las poleas. Revise el tensor y asegúrese de que la tensión de la correa sea correcta.

5. Separación de los dientes

Aspecto: Un diente de la correa se rompe o empieza a separarse de la base de la correa.

Causa: La correa no está bien posicionada. Uno de los dientes de la correa se sitúa fuera de la cava de la polea, por lo que dicho diente funciona sin apoyarse o alinearse con la cava de la polea.

Solución: La vida útil de la correa se ha reducido considerablemente, por lo que esta debe sustituirse de inmediato. Compruebe que todos los dientes de la nueva correa encajen en las cavas de la polea. Ponga en marcha el motor y, a continuación, con el motor parado y la batería desconectada, revise la correa para comprobar su correcta instalación.

6. Desgaste desigual de los dientes

Aspecto: El desgaste es más pronunciado en un diente que en los demás, o bien un diente presenta un patrón de desgaste diferente de los demás. También es posible que se perciba un ruido de golpeteo o chirrido.

Causa: Un cuerpo extraño en la polea (por ejemplo, una pequeña piedra), además de provocar un desgaste desigual, puede introducirse en la correa y romper las cuerdas de tracción. Este problema suele presentarse más a menudo en los automóviles sin cubierta de protección del motor.

Solución: Sustituya la correa y asegúrese de que la nueva correa funcione con poleas en perfecto estado. Instale una cubierta de protección del motor.

7. Entrada de gravilla

Aspecto: Pequeños orificios visibles en el dorso de la correa. También pueden observarse protuberancias y que el tejido alrededor de los orificios esté deshilachado.

Causa: Acumulación de gravilla entre las cavas de la correa y los surcos de la polea. Este problema suele presentarse más a menudo en los automóviles sin cubierta de protección del motor.

Solución: Revise toda la transmisión y, a continuación, sustituya la correa antigua por una correa Micro-V® de Gates, con un diseño de precisión configurado de fábrica para garantizar un montaje perfecto con las poleas. Asegúrese de que la nueva correa funciona con poleas en perfecto estado. Instale una cubierta de protección del motor.

8. Dientes externos dañados

Aspecto: Los flancos de la correa pueden presentar un aspecto brillante o, incluso, la cuerda del borde puede haberse deshilachado y los dientes pueden haberse perdido. Es posible que se produzca un ruido considerable. En los casos más extremos, la correa puede llegar a introducirse en la transmisión por correa de distribución y provocar enormes daños en el motor.

Causa: La desalineación de las poleas es una de las causas habituales de los fallos prematuros de las correas. La desalineación provoca la curvatura o la torcedura de la correa mientras está en marcha y es la causa de su desgaste prematuro.

Solución: Sustituya la correa y asegúrese de volver a alinear las poleas. Asimismo, compruebe que las poleas, los soportes de las poleas y los ejes no estén doblados ni rotos.

9. Contaminación por aceite

Aspecto: La superficie de la correa está desconchada, pegajosa o hinchada.

Causa: El aceite y la grasa son los peores enemigos de un compuesto de caucho, ya que debilitan la unión del compuesto y dan lugar a una correa blanda y esponjosa. En estos casos, la correa puede resbalar, acumular calor y provocar un fallo.

Solución: Elimine todos los residuos de aceite, grasa o contaminación química. Sustituya la correa. No utilice pulverizadores para correas.

10. Correa rota

Aspecto: La correa está rota.

Causa: Un cuerpo extraño de grandes dimensiones entre la correa y la polea puede llegar a introducirse en la correa y romper las cuerdas de tracción. Esta rotura de las cuerdas de tracción también puede producirse, aunque pasar desapercibida, si la correa se fuerza o se ejerce palanca sobre ella durante la instalación. Otras posibles causas pueden ser las cargas de choque fuertes o el bloqueo de una polea o un accesorio.

Solución: Revise a fondo todos los componentes de la transmisión en busca de cuerpos extraños o daños. Todas las poleas de la transmisión deben poder girar libremente. Sustituya la correa. Procure no forzar la correa nueva de la transmisión al utilizar herramientas incorrectas.

12. Pérdida de material (correas de EPDM)

Aspecto: Las correas fabricadas con cloropreno muestran los indicios típicos de desgaste (grietas, desgarros, separación de los dientes, etc.). Sin embargo, en el caso de las correas de EPDM, estos indicios típicos no siempre se manifiestan, incluso si la correa está fallando o a punto de fallar como consecuencia de la gran cantidad de caucho que ha perdido.

Causa: El EPDM es un material más duradero y más resistente, por lo que resulta compatible con un amplísimo intervalo de temperaturas extremas. Las correas de EPDM pierden paulatinamente el caucho de una forma similar a la del desgaste de los neumáticos.

Solución: Si bien la inspección visual continúa siendo recomendable, no conviene buscar únicamente los indicios de desgaste típicos. Examine más de cerca los dientes de la correa para la detección del desgaste de las correas para averiguar si una correa de EPDM está a punto de fallar.